El puente prohibido

Cuando era un niño, recuerdo con emoción las partidas a el puente prohibido. Ahora de adulto, se recuerda con cariño, pero también dan ganas de jugar alguna partida. Esa estatua del ídolo gigante, que tambaleaba el puente, desde luego era un elemento interactivo muy poderoso para enganchar a los más jóvenes, como pasaba con otros juegos, como la herencia de tía Ágata y sus trampas. ¿Y vosotros, tuvisteis la suerte de disfrutar de el puente prohibido? ¿os apetece enseñar a las nuevas generaciones juegos de mesa de verdad? 😊.

Datos básicos de el puente prohibido

Glosario de el puente prohibido

• Dado de acción: dado que representa acciones a realizar obligatorias en el turno de cada jugador.
• Explorador: ficha de cada jugador y cara del dado de acción que representa la acción de mover a otro jugador de una parte de la casilla del puente a otra.
• Ídolo: cara del dado de acción que representa la acción de pulsar la estatua del ídolo para que mueva el puente.
• Joya: cara del dado de acción que permite robarle una joya a otro jugador que se encuentre en la misma casilla.
• Dado de movimiento: dado «normal» que indica el movimiento de cada jugador a realizar en el tablero.

Como jugar a el puente prohibido

Es un juego sencillo de aprender a jugar, por su orientación infantil-juvenil. Nos convertiremos en una especie de Indiana Jones, donde tendremos que conseguir el tesoro antes que otros jugadores, y escapar lo más rápido posible. El tesoro consiste en unas joyas, tipo esmeraldas, rubíes o similares. El tablero de juego se encuentra a dos niveles. Un nivel inferior, con unas casillas de río y sus márgenes, y un nivel superior, con el puente. Cada jugador tendrá una ficha de explorador y una barca.

Los exploradores llegarán en su barca hasta la playa, la dejarán, y de allí subirán al puente prohibido. El objetivo será llegar al ídolo, coger una joya, dejarla en la barca, subir a por otra, dejarla en la barca de nuevo, montarse en la barca y llegar al final. Las joyas son enormes y solo caben de una en una en la mochila de los exploradores, que le vamos a hacer.

Cada jugador en su tirada, lanza el dado de movimiento y el dado de acción. Mueve las casillas indicadas en el dado de movimiento y realiza las acciones. La verdadera «chicha» del juego, está en las casillas del puente. Es un puente de madera, con algunas tablas rotas, agujeros, vallas en algunas… que está conectado directamente a la estatua del ídolo. Este ídolo, con sus correspondientes pilas alcalinas, cada vez que se le pulsa la cabeza mueve el puente de un lado a otro.

Podemos colocar nuestras fichas de exploradores donde queramos dentro de nuestra casilla. Puede interesar en un lado, en otro, en el centro… dependiendo de si se puede agarrar a algo para no caerse, si el ídolo se mueve. A su vez, con la acción del explorador, podemos colocar las fichas del resto de jugadores en el lado de la casilla del puente donde sea más seguro que se va a caer. Cuando un explorador cae, no se muere (no queremos traumatizar niños), pero tendrá que volver a subir a por una joya.

Y también puede suceder, que se haga caer a un jugador contrario con una joya (que esté ya de vuelta a la barca) y lo que se consiga entonces es que esté más cerca que antes de la barca. El puente prohibido contiene el tablero de juego a dos niveles, la estatua del ídolo, cuatro fichas de exploradores, un dado de movimiento, un dado de acción, cuatro barcas y las joyas.

Si queréis ver un video sobre como jugar a el puente prohibido, a continuación dejo un enlace a los mejores tutoriales disponibles en Youtube.

Veredicto de el puente prohibido

El aspecto visual de el puente prohibido es una de sus virtudes. Enseguida llama la atención, y esto, unido a que el puente se mueve de verdad, lo convierte en un juego ideal para empezar a enganchar a los más pequeños a los juegos de mesa, ideal para jugar en familia (ver aquí nuestro post sobre los mejores juegos de mesa familiares, donde podría estar éste perfectamente).

Son partidas cortas, consigue su propósito de entretener, y además tiene una pequeña dosis de estrategia o habilidad manual (como en la Jenga por ejemplo), al tener que decidir donde colocar las fichas de otro jugador en el puente, según interese que se caiga o no. Para los adultos, nostálgico, aunque sin niños, quizás le falte algo para animarse a echar una partida.

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